Hablar de Edu Gascón/Chiky en el mundo de la música electrónica en Aragón, y en gran parte del norte de España, es hablar de religión, de culto, de veneración.
Todo ello se lo ha ganado a pulso este artista en el curso de los últimos 15 años, en los que ha sido un auténtico referente en la multitud de cabinas en que ha residido y pinchado. Si bien en los primeros años de su carrera ha sido un referente en los estilos electrónicos más duros, con actuaciones en la práctica totalidad de las salas más importantes a nivel nacional, en los últimos tiempos ha reenfocado su carrera a un estilo que siempre le ha atraído, y que ha cultivado e incluso pinchado en ocasiones: El Techno.
De esa primera etapa más dura musicalmente mantiene una de sus señas características, el integrar y fundir sonidos con distintos matices en un conjunto con sentido y desarrollo; unos más melódicos o hipnóticos, otros exclusivamente percusivos, así como siempre alguna sorpresa, que a lo mejor no tiene nada que ver con el género, pero si con el contexto y más con el momento y el estado de euforia del público.
Esta habilidad se fundamenta en una dedicación muy intensa a la exploración musical, que le permite conocer las estructuras de cada tema, asimilar los matices de cada sonido, y prever el posible efecto que causaría en el público en un momento determinado. Su otra seña principal es el dominio de la técnica y la impresionante rapidez a los mandos en la mesa de mezclas. La capacidad de manejo de los faders y reproductores, y el impecable e instantáneo control de la ecualización y la ganancia que Edu Gascón despliega cada vez que está pinchando, dotan a las sesiones de una coherencia y consistencia de sonido que hace posible una continua progresión y desarrollo de los sentimientos del público.
Por último, pero no menos importante, Edu Gascón siempre se ha ganado al público con sencillez, humildad, honradez y cercanía. Es por ello que allí donde ejecuta sus sesiones, no solo triunfa a nivel de entretenimiento y sentimiento transmitido y generado en el público, sino también en cuanto al cariño y reconocimiento personal por parte del público. Porque hablar de Edu Gascón es hablar de religión, de culto y de veneración por el trabajo duro, constante y milimétricamente hecho durante muchos años para divertir a la pista de baile.
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